Kobudō (古武道? lit. «el arte marcial ancestral») es un término japonés se refiere a un arte marcial de originario de las islas Ryūkyū, que estudia el uso de las armas tradicionales de madera o metal.
Anteriormente se le conocía como Ryūkyū Kobujutsu (琉球古武術? lit. «técnica marcial ancestral de Ryūkyū») aunque ahora el término utilizado es kobudō (ko de viejo o antiguo, bu de arma o guerrero y dō sendero o camino espiritual) (El camino antiguo de las armas o del guerrero).
En Japón, el término de «kobudo» se utiliza para referirse a cualquier arte marcial tradicional (por ejemplo, la escuela de esgrima Tenshin Shōden Katori Shintō-ryū donde se entrenan varias armas tradicionales y clásicas provenientes del legado samurái), pero fuera de Japón generalmente se refiere al uso de diferentes armas tradicionales provenientes de la isla de Okinawa; siendo el kobudo, el arte marcial practicado junto con el karate antiguo (tote o «mano china», llamado también mano de Okinawa, ti, tode, o tuidi) en sus tres principales variantes (Shuri Te, Tomari-te y Naha-Te, de las cuales se derivan los principales estilos de Karate hoy conocidos). En algunas escuelas de algunos estilos de Karate, el Kobudo sigue incluido en el programa de entrenamiento, aunque por lo general hoy en día se enseña el karate y el kobudo por separado.
La guerra civil de Japón en 1609 recompensó políticamente al perdedor dando la conquista de Okinawa y el control sobre la dinastía okinawense Sho al clan samurai Satsuma, quienes invadieron finalmente la isla mediante el uso de batallones equipados con armas de fuego compradas a los portugueses. Este acontecimiento marcó una fecha de singular importancia para la isla de Okinawa, dado que señala el fin de la isla como estado independiente y el comienzo del control absoluto de las fuerzas del clan japonés Satsuma sobre la familia real Shimazu, y de todas las islas Ryukyu.
El líder del clan Satsuma, Yoshihisa Shimazu, proclamó numerosas nuevas disposiciones para los habitantes de las islas, entre ellas la prohibición absoluta de posesión y uso de toda clase de armas. El único poder que toleró fue una autoridad policial y un destacamento de guardias y guardaespaldas formado por los guerreros nobles o Pechin, al servicio del depuesto rey Sho tai. (Aunque ya antes otros reyes de Okinawa habían emitido leyes contra el porte de armas, pero menos estrictas, debido a que la isla era considerada un puerto libre, donde confluían gentes de nacionalidad variada: chinos, coreanos, japoneses, filipinos, y hasta estadounidenses balleneros). Los habitantes de Okinawa, por lo menos los pertenecientes al pueblo llano, no podían tener consigo o en sus hogares ningún utensilio que pudiera ser utilizado como arma. En la plaza principal de cada villa se colocaba un cuchillo que se suponía que era el único existente y que estaba bien guardado por centinelas. El citado cuchillo debía cubrir todas las necesidades domésticas de la comunidad. Los nobles o ‘pechin’, con conocimientos de las artes marciales chinas y el kenjutsu o esgrima japonesa, y los aldeanos de Okinawa, movidos por el odio a los samurai invasores, desarrollaron armas para resistir a los invasores basándose en los simples instrumentos de la vida cotidiana, como las herramientas agrícolas y de pesca.
Hasta principios del siglo XX el kobudo no era considerado en la isla un arte marcial organizado, haciendo parte de la práctica del arte marcial del karate. Cada instrumento o herramienta se practicaba en secreto por diferentes familias y en diversas villas; algunos eran expertos en el bō (bastón largo), otros en el eku (remo), en el kama (hoz), o con el timbei (escudo de caparazón de tortuga) y el Rochin (machete), entre otras. Cada familia y/o aldea guardaba celosamente sus técnicas codificadas en determinadas formas o kata. Con el tiempo algunos nobles o Pechin y maestros de armas (Bushi) tomaron la iniciativa de sistematizar y agrupar todos los conocimientos de las armas de Okinawa de forma metódica y organizada.